Si, esto va a escocer a muchos que pretenden dar lecciones de como salvar nuestro Medio Ambiente a la vez que lo destruyen en beneficio de un egoísmo moral.
Destruyen años de evolución y trabajo desde su supremacía moral de cuento de hadas donde todo huele a fragancias embriagadoras y se oye a Debussy de fondo.
Criminalizan a cualquiera que no encaja en sus cánones románticos.
De un tiempo a esta parte ya no sabes si hacer queso ecológico fijando población rural y manteniendo los territorios vivos está bien o eres un genocida de cabras.
No sabes si haces miel o esclavizas insectos.
No sabes si mantienes tradiciones como el pastoreo de ovejas que gracias a su rusticidad son idóneas para nuestro clima o eres un esclavista asesino.
No sabes si el ganado de alta montaña donde poco se puede cultivar es una buena idea o también eres un criminal.
Miles de años sobreviviendo, eligiendo los mejores ejemplares, sin horarios, años de hambre, años de sequía, miseria y resulta que sólo había que alimentarse de celulosa a pesar que no disponemos de sistema enzimático para su digestión y si así fuese estaríamos todo el día durmiendo entre pedo y pedo.
Pues no, nuestros antepasados tuvieron que echarle arrojos domesticar animales para conseguir proteínas y otros derivados les gustase o no, porque hubo un momento que no había opciones salvo el frio o el hambre, no, no eran asesinos que disfrutaban matando eran animales sobreviviendo como hacen exactamente el resto, con los que tenían su cerebro a falta de una gruesa capa de pelo, garras, grandes colmillos, fuertes patas y miles de kilos de peso.
Hoy podemos escribir estas líneas porque ellos mantuvieron nuestra especie viva.
Pero ahora parece que se nos ha nos a olvidado, bueno tampoco nos lo han explicado o si nos lo han explicado nos estaríamos comiendo un moco.
Resultado cuando tras casi cincuenta años gritando que ese Medio que heredamos esta desapareciendo con nosotros resulta que cuando el fin se acerca y el tiempo tristemente nos da la razón como siempre maquiavélicamente deciden separarnos en unos veganos que se creen ovejas y en unos animalistas que se olvidan que también son animales.
Ovejas que necesitan un pastor y animales con correa, nos está quedando una sociedad neo feudal de lo más surrealista.
Ovejas que pastan en la ignorancia mientas les esquilan y animales que prefieren un gato a un hijo en contra de la lógica evolutiva.
¿Y mientras donde están los ecologistas?
Pues agotados, derrotados observando como mientras nos hacinamos en ciudades los alimentos salen de naves industriales y los fines de semana nos sacan a pastar para comprar la arena del gato.
Vivan los gatos porque heredaran la tierra por fin.
Que cara pondrán los alienígenas, seguro que me lo pierdo.
Daniel de Miguel Hernando.